En represalia, DeSantis logró la aprobación de una ley nombrando una nueva junta de supervisores a cargo de los servicios municipales de los parques temáticos y hoteles. Pero la autoridad de los nuevos supervisores sobre el diseño y construcción en propiedades Disney se ha visto limitada por anteriores acuerdos firmados por la junta anterior respaldando a la compañía que esta sacó a relucir. La respuesta de DeSantis no se hizo esperar y los legisladores de Florida aprobaron una nueva legislación derogando esos acuerdos.
Disney, por su parte, demandó a DeSantis en un tribunal federal alegando que el gobernador violó los derechos de libertad de expresión de la compañía. Esta semana la nueva junta presentó una queja ante el Inspector General del Estado señalando que Disney otorgaba pases de temporada a los parques y descuentos en los hoteles, alimentos y bebidas por valor de millones de dólares a los miembros anteriores y sus familias equivalentes a ventajas y beneficios poco éticos.
Es este estado de cosas, todo hace suponer que el enfrentamiento continuará y solo resta esperar la próxima movida o reacción de Disney.
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