A eso debemos sumar aspectos típicos de nuestra cultura que permiten a los amigos de las autoridades del lugar concesiones no permitidas o toleradas en ningún otro lugar del mundo. Nos tocó presenciar la llegada de Petta, de la Policía Caminera el domingo último. Apenas lo vio ingresar al área de documentación, uno de los policías del lugar lo encaminó, conjuntamente con sus acompañantes, también aparentemente empleados de la Policía Caminera, directamente al puesto reservado exclusivamente a diplomáticos, mientras todos los demás pasajeros formaban las filas correspondientes. Posteriormente, mientras esperaba la llegada de su equipaje, otros funcionarios de la caminera ingresaron al sitio área restringida con total libertad y procedieron a tomar fotografías del jefe de la caminera, quien posaba, feliz, ante tal recibimiento, casi como en una celebración familiar. La alegría tuvo un abrupto final pues el equipaje de Petta finalmente llegó averiado. El paso por el control de aduanas es otro tema. Mientras algunas personas pasan impunemente por el costado, otros son obligados estrictamente a pasar hasta el mínimo bulto por el scáner y mejor ni hablar del trato que otorgan a orientales. En fin, sucesos domésticos en nuestro lamentable Silvio Pettirossi que desafortunadamente ocurren casi todos los días..
El Silvio Pettirossi, persiste con viejos vicios y malas costumbres
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Mientras en la región se destacan nuevas instalaciones o mejoras importantes en infraestructura y servicios en aeropuertos Montevideo cuenta con una moderna terminal recientemente inaugurada; Ezeiza se encuentra en pleno proceso de una mega obra de ampliación, al igual que Aeroparque en Buenos Aires; el aeropuerto de Lima se ubica entre los mejores y Bolivia está iniciando un ambicioso plan de aeropuertos nacionales en nuestro país, el Silvio Pettirossi sigue dando pena.
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