FIT Group no pudo superar las cuantiosas deudas contraídas durante la pandemia de COVID-19 a pesar de anunciadas inversiones que finalmente resultaron insuficientes para cubrir las deudas que suman aproximadamente 1.000 millones de euros.

El sector turístico europeo observa con preocupación las consecuencias y  el impacto que la insolvencia de FIT podría generar tanto a las agencias de viajes, como a pasajeros con viajes en desarrollo y a clientes con viajes futuros contratados.

La prioridad del sector en este momento es garantizar la seguridad y el cumplimiento de los servicios contratados o en su defecto, la devolución del costo de los servicios contratados.

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Un comunicado de prensa del turoperador señala: "Tras un largo y complejo proceso de inversores, en abril de 2024 se anunció la entrada de un consorcio de inversores. Desde entonces, sin embargo, las cifras de reservas han estado muy por debajo de las expectativas a pesar de las noticias positivas. Además, numerosos proveedores han insistido en el pago por adelantado. Como consecuencia, ha aumentado la necesidad de liquidez, que no ha podido cubrirse hasta el cierre del proceso de inversores. Por tanto, la declaración de insolvencia se ha hecho necesaria por motivos legales. Apoyar a los viajeros afectados por las consecuencias de la insolvencia es ahora una prioridad absoluta para el Grupo FTI. Actualmente estamos trabajando duro para garantizar que los viajes que ya han comenzado puedan completarse según lo previsto. Los viajes que aún no han comenzado probablemente ya no serán posibles o solo lo serán parcialmente"