La muerte del Papa, un evento inesperado y fortuito genera un impacto indudable en la afluencia turística a Roma. Desde el sector hotelero estiman un incremento en la ocupación desde su muerte el 21 de abril hasta el momento. Ya superados los días de luto establecidos por la Iglesia, el cónclave pronto a iniciarse continúa despertando el interés de locales y turistas.

Estimaciones iniciales señalan que el turismo podría dejar a la ciudad de Roma una cifra adicional cercana a los 50 millones de euros, en gastos hoteleros, gastronomía y servicios generados hasta el final del cónclave. La muerte del papa y un cónclave en puertas, convirtieron a Roma  en epicentro de una excepción estratégica en los viajes gubernamentales e institucionales marcada por el luto, la expectación política y una oleada de turismo espiritual. 

La Iglesia está centrando su atención en los próximos pasos donde podemos mencionar la preparación de la Capilla Sixtina para los cardenales vestidos de rojo que se reunirán para elegir al sucesor de Francisco. Hasta que la decisión se tome la joya de los museos vaticanos permanecerá prohibida a visitas.  Cuando los cardenales elijan al nuevo Pontífice, sin duda los turistas podrán regresar al lugar.

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