El Instituto de Previsión Social (IPS), propietario del deteriorado y abandonado hotel, anunció días atrás su intención de llamar a licitación buscando inversionistas vinculados al sector hotelero y de casinos.

Aunque ya se habló de esto en otras oportunidades,  parece que en esta ocasión la intención es real. Se maneja la idea de encaminar la licitación a una operación conjunta de hotel y casino,  ya que esto último sería un atractivo adicional. Un casino con una estructura importante, complementado con shows y espectáculos de nivel en un calendario anual ayudaría a minimizar la estacionalidad de la temporada turística de San Bernardino, pues indudablemente, a pesar de sus grandes atractivos naturales y su infraestructura de servicios, la zona constituye una atracción turística importante solamente en el verano.

El hoy destruido hotel está ubicado en un predio de 17 hectáreas y el antiguo edificio se encontraba distribuido en tres bloques: el hotel, con 12.400 m², la discoteca con 850 m² y el casino que ocupaba 1.110 m². Formaban igualmente parte de la estructura una piscina, un quincho y una pequeña guardería de embarcaciones. De prosperar la idea y de concretarse el proyecto, sin dudas el turismo de la zona, conjuntamente con otras iniciativas que ya se están implementado, daría un verdadero vuelco hacía un crecimiento mayor.