AMR era la única de las grandes líneas aéreas estadounidenses que había logrado evitar los procedimientos de quiebra durante la última década, medida que otras compañías estadounidenses utilizaron para reestructurar sus acuerdos laborales y para la reducción de costos. Eso dejó a AMR, la tercera mayor aerolínea en Estados Unidos, detrás de United Continental Holdings Inc. y de Delta Air Lines Inc., con los costos más elevados del sector.

La medida tiene como propósito poder reestructurar sus deudas. La compañía con un plantel de 78.000 empleados, declara activos por un valor de 24.720 millones de dólares, mientras que sus pasivos ascienden a 29.550 millones de dólares. La compañía dijo que tiene 4.100 millones en efectivo. La situación provocó iugualmente un cambio de la dirección de AMR que ya se encuentra dirigida por Thomas W. Horton.

Se espera que tanto American Airlines como American Eagle, cumplan con sus programaciones normales de vuelos durante el proceso de bancarrota que se realizará bajo el capítulo 11. Voceros de la compañía definieron la medida como un paso "necesario" para redirigir la línea aérea y hacerla "más eficiente, financieramente más fuerte y competitiva". Los retos a los que se enfrenta el sector, puntualizan, "no tienen precedentes".

American Ailines tiene una alianza con Iberia y British Airways en el marco de la nueva política de cielos abiertos para las rutas entre Europa y Estados Unidos. Además, anunció meses atrás un pedido récord de aviones a Airbus y Boeing para modernizar su anticuada flota.

Ayer, sus acciones de desplomaban un 60% en el mercado electrónico antes de la apertura del mercado en Nueva York.