La deuda de 3.700 millones de dólares obliga a las líneas aéreas a ajustes en sus operaciones al país. Como ejemplo, Avianca, desde el domingo 16 de marzo redujo un 36% su disponibilidad de asientos al pasar a operar sus vuelos entre Lima y Caracas con un avión Embraer 190 en lugar del Airbus A320 utilizado hasta la fecha. Otros vuelos de la compañía al país serán cancelados o reducidas sus frecuencias. Aeroméxico redujo sus frecuencias un 57%, al igual que Lufthansa (37%). Por su parte, Iberia redujo un 31% su oferta de asientos, al igual que Copa un 24%. American Airlines también cambió los aviones con que opera reduciendo la disponibilidad en 19%. Air Canada por su parte, decidió suspender sus operaciones al país.

En Venezuela, las líneas aéreas están obligadas  vender sus boletos en   bolívares inconvertibles. El Gobierno debe entregar posteriormente las divisas necesarias para cubrir los gastos de operaciones y eventualmente repatriar utilidades. En el país rige un control de cambio y el Estado tiene el monopolio de la administración y distribución de divisas. El incumplimiento de los pagos se inició en los meses de marzo/abril del año pasado y se mantiene hasta hoy día en una acción de gobierno arbitraria e irrespetuosa, tanto a las líneas aéreas como a tratados internacionales a cuyo cumplimiento se ha comprometido.