Una vez más, la principal y pequeña  estación aérea del país, inaugurada en el año 1980,  vetusta e incómoda, se encuentra en la mira de posibles inversionistas que buscarán cambiar su imagen actual y convertirla en una moderna terminal aérea, a la par de sus similares de la región.

Aún cuando falta la reglamentación necesaria para la puesta en práctica y el llamado a licitaciones, el proyecto de concesión, que se puede extender hasta 30 años,  busca a través de la explotación comercial de los recursos estatales recaudar el dinero necesario para modernizar la estructura del Estado y reducir el índice de pobreza del país, actualmente del 38% en una población de 6,2 millones de habitantes.

La privatización de aeropuertos extranjeros, en la mayoría de los casos, significó una mejora sustancial, tanto en servicios como en infraestructura para cargas y pasajeros. El pequeño aeropuerto de Asunción tiene una capacidad máxima de movimiento de un millón de pasajeros año. Actualmente operan 8 líneas aéreas – American Airlines, Aerolíneas Argentinas, BQB Líneas Aéreas, TAM, Taca, Copa, Gol y Amaszonas.- que se disputan el reducido espacio destinado al despacho de vuelos y atención a pasajeros.

En el 2010, por presiones sindicales, el gobierno de Lugo vetó la ley de concesiones que el mismo poder del Estado había elaborado. Actualmente, poderosas centrales obreras anuncian una huelga general en rechazo al actual plan de privatización. Esperemos que en esta ocasión, el proyecto siga adelante y traiga la ansiada modernización, con los necesarios avances tecnológicos y una mejor atención a los usuarios de nuestro viejo Silvio Pettirossi.