AquaRio permite darse un zambullido en el rico mundo animal subacuático existente en las costas del Brasil. Con un espacio de 26.000 m2, dividido en cinco pisos y 28 tanques que albergan un total de 4,5 millones de litros de agua salada, lo que genera una capacidad para 8.000 peces de 350 especies.
Con esos números, AquaRio se convirtió en el más grande acuario de América del Sur; el más grande de Latinoamérica es el de Ciudad de México, y el mayor en todo el continente se ubica en Atlanta.
El acuario se ubica en Porto Maravilha, uno de los extremos de la transformada zona portuaria. Al ingresar al AquaRio, los visitantes son recibidos por un enorme esqueleto de ballena jorobada suspendido del techo, y a partir de ese lobby central inicia el recorrido por el mundo marino de las costas brasileñas.
En los tanques, acompañados por pantallas de información, se encuentran peces, como: tiburones, mantarrayas, peces león, morenas, meros, caballitos de mar, abadejos y bonitos. Una propuesta muy original es la de ingresar a un globo de acrílico transparente que da la impresión de estar en medio de un cardumen.
Aunque, sin dudas, el mayor atractivo de AquaRio es su tanque oceánico de 3,5 millones de litros, en el que nadan tiburones-nodriza, tiburones-toro, tiburones oceánicos, de puntas blancas, y mantarrayas. Por el pago de una tarifa extra, se puede realizar el buceo acompañado en este tanque.
Más adelante, AquaRio tendrá un área de investigación científica, un sector de conservación, Museo de Ciencias y Museo del Surf. Tras más de cuatro años de construcción, y USD 40,5 millones invertidos, AquaRio abrirá todos los días de la semana y podrá recibir a 1.000 personas por hora.
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