De acuerdo a informes de Boeing, en las próximas dos décadas la industria aérea comercial deberá sumar 790.000 nuevos pilotos a fin de poder hacer frente a la demanda del mercado. Del total, se necesitarán 261.000 en la región de Asia-Pacífico, 206.000 en América del Norte, 146.000 en Europa, 64.000 en Medio Oriente, 57.000 en América del Sur, 29.000 en África y 27.000 en Rusia.

Considerando que estas cifras son difíciles de alcanzar, expertos en aviación ven que la solución está en usar aviones sin pilotos, lo cual podría generar un ahorro de más de USD 30.000 millones al año, según un informe publicado tiempo atrás por la sociedad suiza de servicios financieros UBS. Asimismo, estiman que la tecnología requerida podría ser una realidad en 2025, mientras que en 2030 los avances contribuirían a las operaciones de aeronaves corporativas automatizadas y, finalmente, de aviones comerciales sin pilotos.

Actualmente, buscando compatibilizar el crecimiento operativo con tecnología segura que reduzca los costos, las compañías aéreas ya están evaluando la incorporación de copilotos robots para luego dar paso a los primeros vuelos de manera autónoma. Por el momento, se están probando “brazos robots” en simuladores donde se realizan pruebas con trayectos completos y en diversas condiciones.

Remontándonos a los principios de la aviación, el primer piloto automático fue creado en 1912, poco tiempo después del vuelo original de los hermanos Wright. Desde entonces, los pilotos automáticos se han ido adentrando en la gestión de vuelo excepto durante el despegue y aterrizaje así como en casos de emergencia.