La seguridad en la aviación civil es una responsabilidad del estado y tal como recomienda la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), es el mismo estado quien debe cubrir con ese coste, sin trasladárselo al pasajero.
Actualmente, la ANAC cobra una tasa de seguridad de USD 8,00, además de un sinfín de tasas e impuestos sobre los boletos aéreos que hacen que el sector en Argentina sea una de los más gravadas en el mundo, tanto del lado de los pasajeros como para las empresas que prestan servicios. Actualmente, el 54% del valor total de un boleto aéreo que paga el pasajero en Argentina corresponden a tasas. El costo de navegación aérea es ocho veces más caro que en Chile y los costos de aterrizaje son casi el triple comparado al Paraguay (basado en un avión Airbus A320-200).
“Esta política recurrente de gravar a la industria se está haciendo insostenible. La aviación ha demostrado su compromiso con el gobierno para trabajar en conjunto, con efectividad y visión en la sostenibilidad del transporte aéreo en Argentina tras la pandemia, donde nuestros pronósticos estiman la recuperación de los niveles 2019 para el 2024. Pero en lugar de facilitar este proceso, el gobierno impone más obstáculos. Aprobar dos nuevas tasas en tan solo dos semanas es un golpe paralizante para la industria y principalmente para todos los ciudadanos. Argentina ya está plagada de impuestos y tasas injustificables que perjudican la demanda de los viajes aéreos y en definitiva inhiben el desarrollo del país”, dijo Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas.
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IATA ya había manifestado su preocupación con respecto a la percepción adicional del 25% para los pasajes internacionales y sobre los consumos con tarjetas de crédito y débito en el exterior cuando superen los USD 300,00 al mes. “Argentina viene perdiendo competitividad frente a sus pares de la región. Las autoridades deberían considerar que, tras finalizar la temporada de verano en el hemisferio sur, muchos operadores aéreos podrían reconsiderar su capacidad y sus frecuencias al país. La decisión de añadir nuevos cargos aumenta los costos para el viajero, repercutiendo en la demanda y afectando el desarrollo del transporte aéreo y el turismo, que generan miles de puestos de trabajo y aportan al crecimiento económico para todo el país. Es el momento que el gobierno y sus legisladores reconozcan la gran contribución de la aviación y no los ingresos vía impuestos y tasas”, enfatizó Cerdá.
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