Este logro, impulsado por Aena, representa un salto en la digitalización de las operaciones aeroportuarias. El sistema de conducción remota fue implementado progresivamente, desde la instalación del equipamiento hasta su puesta en servicio, un proceso que se completó entre junio de 2024 y febrero de 2025, con el apoyo de aerolíneas y empresas de handling.

Un total de 129 pasarelas de embarque han dejado de ser operadas manualmente en pista para ser manejadas desde tres centros de control estratégicamente ubicados en las terminales T1, T2, T3, T4 y T4S. Cada centro maneja su terminal, aunque los 17 puestos de control distribuidos permiten operar cualquier pasarela desde cualquier estación, garantizando continuidad operativa ante cualquier incidencia.

La automatización de los fingers no solo representa un hito tecnológico; también conlleva mejoras reales en la operativa diaria. La conducción remota aporta mayor flexibilidad y eficiencia, reduciendo desplazamientos del personal, agilizando la conexión y desconexión con las aeronaves y mejorando la puntualidad de las aerolíneas.

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Además, cada pasarela cuenta con hasta siete cámaras de vídeo, lo que proporciona a los operadores una visión completa y detallada de cada maniobra. Esto eleva los estándares de seguridad y permite un control más preciso de cada operación.