Se espera que los ingresos de la industria alcancen un máximo histórico de 979.000 millones de dólares en 2025 (+1,3% respecto a 2024). En cuanto a los ingresos por pasajero, la previsión es alcancen la cifra histórica de 693.000 millones de dólares en 2025 (+1,6% respecto a 2024), a los que se suman 144.000 millones de dólares en los ingresos complementarios (+6,7% respecto a 2024). 

La caída del precio del petróleo es una de las condicionantes determinantes y positivas de IATA. También crecerá el empleo a nivel global y se moderará la inflación, lo que supondrá que se mantenga el crecimiento de la demanda. Aunque no tan rápido como se había previsto anteriormente, ya que se espera que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) -principal motor económico de las aerolíneas- caiga del 3,3% en 2024 al 2,5% en 2025.

IATA señala como principales riesgos para el devenir de la industria aérea a los conflictos que siguen sin resolverse, como la Ucrania o el de Gaza, así como las tensiones comerciales derivadas de la reciente política de aranceles, que podrían frenar la demanda. También apunta como riesgo la "fragmentación de la normativa internacional" y cita como ejemplo la evolución de las políticas sobre el clima. Y el fluctuante precio del petróleo, uno de los factores clave para las compañías aéreas.

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El consejero delegado de IATA, Willie Walsh, señala que a pesar de las cifras positivas  y significativas, solo suponen un beneficio de 7,2 dólares por pasajero, lo que “sigue siendo un colchón delgado para cualquier nuevo impuesto, aumento de las tasas o choque de demanda”. Por ello, pide a los gobiernos que tengan presente que las aerolíneas son un “núcleo de la cadena de valor que emplea a 86,5 millones de personas y sustenta el 3,9% de la actividad económica mundial”.