El proyecto revocado establecía pagos mínimos de 200 dólares para retrasos domésticos de al menos tres horas, entre 375 y 525 dólares para demoras de seis a menos de nueve horas, y hasta 775 dólares en casos de más de nueve horas. También contemplaba la reubicación gratuita en otros vuelos, especialmente en interrupciones causadas por fallas informáticas.

La propuesta, presentada en mayo de 2023 y sometida a consulta pública, buscaba introducir compensaciones automáticas en efectivo, algo que actualmente la normativa estadounidense no contempla. En la actualidad, la ley solo obliga al reembolso del billete en caso de cancelación, sin indemnización adicional por retrasos.

La organización Airlines for America, que representa a aerolíneas como American Airlines, Delta Air Lines y United Airlines, celebró el retiro de la iniciativa. Según las compañías, la norma habría afectado la viabilidad técnica y financiera de las operaciones, además de comprometer la flexibilidad tarifaria y la competitividad del sector.

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Con esta decisión, los pasajeros en Estados Unidos seguirán sin contar con un sistema de compensaciones por demoras similar al vigente en Europa y otras regiones, donde los usuarios tienen mayores protecciones frente a interrupciones en el transporte aéreo.