A mediados del 2019 empezará a funcionar la planta solar del aeropuerto El Dorado, de Bogotá, con el objetivo de reducir el impacto medioambiental del CO2 y posicionar a la terminal como un referente "verde" en la región, instando a que más aeródromos se unan a la iniciativa.


El proyecto fue llevado a cabo por las empresas Celsia y Odinsa, compañías del Grupo Argos, cuya alianza se enmarca en las mejores prácticas de sostenibilidad del sector enfocadas en la eficiencia energética e impacto medioambiental. La iniciativa iluminará una superficie de 27.000 metros cuadrados (similar a la que formarían 20 piscinas olímpicas) donde 10.369 paneles solares recogerán la energía emitida por el sol.


"Estamos muy emocionados de poder llevar energía solar y una serie de beneficios adicionales al principal aeropuerto del país. Ha sido un proyecto con grandes retos desde el inicio, especialmente por los temas de seguridad aeronáutica, por lo que es un proceso técnicamente muy avanzado", expresó Ricardo Sierra, líder de Celsia.


Con este plan el aeropuerto recibirá el 12% de su consumo de energía de manera limpia, unos 3.800.000 kilovatios al año equivalente a la energía que consumen 1.590 hogares. Por su parte permitirá la reducción de 1.375 toneladas de dióxido de carbono (CO2), cantidad que requiere el esfuerzo de aproximadamente 76.000 árboles maduros para purificar el agente contaminante y reemplazarlo por oxígeno.


"Esta instalación es el proyecto fotovoltaico más emblemático en aeropuertos de América Latina y es el reflejo de una visión conjunta de la sostenibilidad que inicia en el aeropuerto el Dorado y transcenderá a los demás ideas en las que trabajamos. Es satisfactorio dimensionar los alcances de esta alianza y el positivo impacto ambiental que promueve", afirmó Mauricio Ossa, presidente de Odinsa.


Asimismo en lo que respecta a otros beneficios, las empresas anunciaron en un comunicado que la temperatura del aeropuerto se reducirá ya que los paneles están ubicados en el techo de la infraestructura y cuando estos deban ser reemplazados, la huella de carbono que generarán será mínima por estar fabricados con materiales reciclables.


Con esta estrategia, El Dorado se posiciona como el aeropuerto con la mayor instalación fotovoltaica de América Latina.