IATA señala que en 2023 no hubo pérdidas de casco ni accidentes mortales de aviones a reacción de pasajeros; sin embargo, hubo un único accidente mortal en el que se vio implicado un avión turbohélice que registró 72 víctimas mortales.
De esta manera, la tasa general de accidentes fue de 0.80 por millón de sectores en 2023, es decir un accidente por cada 1.26 millones de vuelos, una mejora con respecto al 1.30 en 2022 y la tasa más baja en más de una década. Esta tasa superó el promedio móvil de cinco años (2019-2023) de 1.19 (un promedio de un accidente por cada 880.293 vuelos).
En 2023 se produjeron 37 millones de movimientos de aeronaves (reactores y turbohélices), lo que supone un aumento del 17% respecto al año anterior. El riesgo de muerte mejoró a 0.03 en 2023 desde 0.11 en 2022 y 0.11 durante los cinco años, 2019-2023. Con este nivel de seguridad, en promedio una persona tendría que viajar en avión todos los días durante 103.239 años para sufrir un accidente fatal.
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Las aerolíneas miembros de la IATA y las aerolíneas registradas en la Auditoría de Seguridad Operacional de la IATA (IOSA) no experimentaron ningún accidente fatal en 2023.
"El desempeño de seguridad de 2023 continúa demostrando que volar es el modo de transporte más seguro. La aviación otorga su máxima prioridad a la seguridad y eso se nota en el desempeño de 2023. Las operaciones de aviones no registraron pérdidas de casco ni muertes. 2023 también registró el riesgo de muerte más bajo y toda "tasa de accidentes" registrada. Sin embargo, un solo accidente fatal de turbohélice con 72 muertes nos recuerda que nunca podemos dar por sentada la seguridad”, afirmó Willie Walsh, director general de la IATA.
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