Además de la pregunta obligada: ¿ventana o pasillo?, “entender lo que quieren los pasajeros es fundamental para mejorar los viajes aéreos”, afirman desde Upgrade Points. La encuesta preguntaba  qué asientos eran los más deseables y las respuestas mostraron los factores que influyen en la elección de los asientos, desde el espacio para las piernas hasta la seguridad percibida.

La encuesta, vinculada al mapa de asientos del Boeing 737-800 mostraba una amplia preferencia por los asientos de ventana con un 66,6% de preferencia por las vistas y la comodidad del reposacabezas, ideal para quienes quieren dormir durante el vuelo.

Los asientos de pasillo, preferidos por el 31,7% ofrecen más libertad para moverse por la cabina, y a menudo, más espacio para las piernas. Solo el 1,7% de los pasajeros prefirió el asiento del medio.

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El asiento favorito de la primera clase es el 1A pues ofrece más espacio para las piernas, fácil acceso al baño, vista desde la ventana y la comodidad de ser uno de los primeros en subir y bajar del avión.

Los segundos asientos en preferencia son los de la ventana en la fila del mamparo de la clase económica. Los asientos 7A y 7F son los preferidos por su espacio adicional, el tráfico peatonal reducido y el fácil acceso a los compartimentos superiores, lo que los hace ideales para padres con niños pequeños.

Los asientos 20A y 20F (asientos de ventanilla en la fila de salida de emergencia) se encuentran entre las 10 mejores opciones. Con más espacio para las piernas y la ventaja de tener menos asientos contiguos en vuelos con menos gente, estos asientos son los preferidos por el 41 % de los encuestados, a pesar de la responsabilidad adicional en caso de emergencia.

Otros datos señalan que los pasajeros están dispuestos a pagar un adicional para seleccionar su asiento de avión con anticipación. Un 21% de los pasajeros informa que nunca usa el baño durante un vuelo, y solo el 16% prefiere asientos cerca del baño. El 44% de los pasajeros considera que quienes reclinan sus asientos son maleducados y más de la mitad de los encuestados informan que su vecino de asiento a menudo invade su espacio personal, mientras que el 23% ha tenido dificultades al volar como, o con, un viajero de talla grande, lo que en última instancia enfatiza la necesidad de arreglos de asientos más inclusivos.