Sin embargo, según el Ministerio de Justicia, turistas de muchos países aún podrán ingresar a Brasil sin visa, por un período fijo de hasta 90 días. Igualmente, ciudadanos de seleccionados países, especialmente asiáticos,  también podrán permanecer en el país un período de 30 a 90 días sin visa, dependiendo de su nacionalidad.

La medida se adoptó  tomando en cuenta informes de que el país ha sido utilizado como ruta para organizaciones criminales que trafican con personas. De esta forma, una gran mayoría de turistas de muy alto nivel se verán afectados y pagará el costo de acciones de una minoría criminal, cuando lo lógico, para quienes se oponen a esta decisión, seria invertir en seguridad, mayor control, investigaciones, etc...

Las nuevas condiciones de ingreso, que afectan a ciudadanos de alrededor de 60 países,  igualmente, implica un retroceso en el proceso actual de promoción turística del país que busca superar marca historia de visitantes internacionales.

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La medida, vigente desde el 26 de agosto, impone principalmente restricciones a viajeros provenientes de países asiáticos y busca igualmente frenar los flujos migratorios irregulares hacia Estados Unidos y Canadá.