Antes de la reapertura parcial en febrero, solo ciudadanos rusos habían sido autorizados a ingresar a Corea del Norte en pequeños grupos turísticos desde septiembre del 2023. La ciudad turística de Rason, ubicada en la costa norte  y próxima a las fronteras con Rusia y China recibió en febrero a los primeros visitantes como única puerta de entrada habilitada a turistas occidentales. El programa de visitas establecido por el régimen de Kim Jong-un se limitaba Rason, una zona destacada por su desarrollo económico.

Los primeros  turistas occidentales que pudieron ingresar debían seguir estrictas reglas, establecidas por los guías locales, durante su permanencia en el destino, privados entre otras cosas,  de internet y cajeros automáticos. Al llegar, los turistas recibieron tarjetas de débito, pero pocos comercios las aceptaban, prefiriendo pagos en efectivo, especialmente en yuanes chinos.

Los primeros visitantes igualmente  fueron escoltados permanentemente por los guías y seguir un programa previamente aprobado por las autoridades sin siguiera poder salir del hotel sin el acompañamiento de sus guías.

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El turismo extranjero representa una fuente clave de divisas para el país, que enfrenta sanciones internacionales debido a su programa nuclear y de misiles. La reciente apertura de Rason había generado expectativas sobre una posible ampliación del acceso a otras regiones, pero la repentina suspensión ha alimentado las especulaciones sobre los motivos. La nueva y reciente suspensión deja cerradas las puertas a un mayor acceso de visitantes extranjeros en un futuro cercano.