La construcción de la nueva infraestructura aeroportuaria se inició en el 2016. Se encuentra ubicada en el noroeste de Estambul sobre una mina de carbón y dos lagos, ocupa unos 76 kilómetros cuadrados. Cuando la obra esté culminada en su totalidad será un gran centro empresarial y de negocios que conjuntamente con la actividad propia del aeropuerto, generará en el 2025 una riqueza equivalente al 4.89% del PIB del país.

Aunque todavía no está definida en su totalidad la migración de vuelos desde el Atatürk al Estambul, la compañía de bandera nacional, Turkish Airlines ya permite reservar vuelos domésticos operados, desde y hasta la nueva terminal identificada con las siglas ISL, y algunos internacionales a partir de inicios de noviembre. Una vez culminado el proceso de migración, el aeropuerto de Atatürk seguirá parcialmente en servicio enfocado principalmente en vuelos cargueros.

Para finales del presente año, se espera que unos 2.000 aviones, pertenecientes a 250 compañías aéreas, operen diariamente en el nuevo aeropuerto con destino a alrededor de 350 destinos en el mundo. El nuevo aeropuerto seguirá creciendo y aspira a acoger a 90 millones de pasajeros en 2019 y 150 millones en 2023.

La perspectiva es que en 2028, sus seis pistas de aterrizaje independientes y su capacidad de albergar 500 aviones le permitan sumar 200 millones de pasajeros cada año. El nuevo aeropuerto, que tendrá además un área de estacionamiento para 70.000 vehículos, habrá costado casi 11.500 millones de dólares e incluirá oficinas, residencias, hoteles, centros de salud, edificios de arte y cultura, centros comerciales, tiendas de diseñadores, un centro de convenciones y exposiciones e instalaciones para reuniones y capacitación.