La calle Palma desde siempre ha sido una de las postales más emblemáticas de nuestro país, motivo por el cual representantes de varios ministerios, la Municipalidad de Asunción e iniciativas privadas organizadas buscan devolverle su "tradicional atractivo y esplendor de tiempos pasados". En este contexto, se llevó a cabo un recorrido por dicha arteria capitalina en su extensión desde Juan E. O'Leary hasta Garibaldi con el propósito de verificar su estado actual.


Durante el recorrido -enmarcado en el plan piloto de "Revitalización del centro histórico de Asunción"- se pudo constatar la situación de varios edificios y el requerimiento de una atención arquitectónica principalmente en lo que respecta a la limpieza, equipamiento urbano, iluminación, seguridad y conservación, a fin que dichas construcciones vuelvan a constituirse nuevamente en atractivos para la ciudad.
La actividad estuvo a cargo del grupo impulsor del proyecto encabezado por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), la Municipalidad de Asunción, la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA), la Administración Nacional de Electricidad (Ande), la Policía Nacional y miembros del sector privado que conforma el Grupo Ancha, y el recientemente inaugurado Palma Roga Hotel, entre otros.


Desde la Senatur indican que esta actividad representa el inicio de una serie de acciones que se ejecutarán a corto y mediano plazo, apuntando a la recuperación de un importante espacio que a futuro permitirá la realización de todo tipo de eventos ya sean culturales o artísticos. Asimismo, a lo largo del proceso se prevé concienciar a la ciudadanía, específicamente a los actores involucrados en la zona (hoteles, restaurantes y puestos de ventas).


La denominación original de la calle Palma en tiempos coloniales era Calle Real de la Vera Cruz, según consta en planos de Asunción elaborado por Félix de Azara en el año 1786. Luego en 1849, fue llamada "Calle de la Palma" por decreto; era la vía céntrica más comercial de la capital paraguaya donde convergían clásicas pulperías, registros (tiendas), sus boticas (farmacias), zapaterías, barberías, librerías y salones de bar. Hoy día el panorama es diferente a aquellos "tiempos de esplendor", sin embargo los esfuerzos están enfocados en recuperar su esencia característica para convertirla una vez más en el punto de encuentro de la élite capitalina.