La compañía perdió alrededor de 140 millones de dólares durante los tres primeros meses del presente año y desde marzo, 550 de los 650 pilotos de la línea aérea se encuentran en vacaciones forzadas sin goce de sueldo.

La aerolínea cuenta con una flota de 45 aviones, 24 Boeing 737, 6 Boeing 777 y 15 Boeing 787. El CEO de El Al, Gonen Usiskhin, ordenó que todos los aviones de la compañía regresaran a Israel.  La compañía de bandera israelí ya había suspendido en marzo los servicios regulares al menos hasta el 31 de julio, pero logró realizar operaciones de carga y mantener de esta manera a una parte de su plantilla.

Los ingresos de la aerolínea cayeron un 25%  debido a la pandemia después de que a los extranjeros se les prohibió ingresar a Israel y los nacionales que regresaban al país debían ingresar a una cuarentena de 14 días. Las pérdidas operativas crecieron 75% y alcanzaron los 93 millones de dólares.

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Mientras la compañía intenta conseguir ayuda estatal, establecer acuerdos son sus empleados y sindicatos para mantener sus operaciones, el gobierno de Israel señala que los problemas obedecen a una plantilla sobredimensionada, salarios altos y un balance muy frágil y no solo a efectos de la pandemia.