Venecia cuenta con una población estable de unas 53.000 personas y según datos estadísticos, en el 2019 recibía anualmente unos 25 millones de turistas, una situación insostenible que obliga a la ciudad a buscar soluciones. La presión turística está matando literalmente a Venecia causando la fuga de sus habitantes. Como patrimonio de la humanidad, además de sus peculiares caracteristicas, el destino en un inevitable atractivo turístico pero se debe limitar y controlar el número de turistas.
El ingreso de un máximo de turistas diarios y un costo a aplicar, permitiría reducir los daños producidos por el turismo masivo. Estarán exentos del pago quienes pernocten en la ciudad, ya que abonan una tasa incluida en el alojamiento, así como los residentes, trabajadores o estudiantes de la región o quienes la visiten por motivos específicos o eventos.
El precio a abonar para el ingreso será de alrededor de 10 euros dependiendo de la anticipación con que se efectúe la reserva y de la fluctuación de la oferta y la demanda. Venecia se convertirá de esta manera en la primera ciudad en el mundo en cobrar una tasa de entrada a turistas.
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