Actualmente la situación se tornó muy grave con el levantamiento de la línea ferroviaria en el tramo Ollantaytambo/Machu Picchu, atentados a buses de turismo, el cierre de carreteras y vías de acceso que impiden el libre tránsito.

En Cusco, en los dos últimos días, piquetes de manifestantes se movilizaron por las calles céntricas de la ciudad exigiendo el inicio de obras del aeropuerto de Chinchero, armando barricadas e impidiendo el tránsito vehicular hacia el aeropuerto Velasco Astete.

Ante esta situación, miles de turistas no han podido visitar Machu Picchu, uno de los principales destinos turisticos del país generando pérdidas económicas de alrededor de 30 millones de dólares. Países como EE.UU. Reino Unido y Australia advierten de estas circunstancias adversas a sus ciudadanos que tiene previsto viajar al Perú.

La Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno, Apotur señaló que las cancelaciones de viajes a futuro pueden ser muy altas. Por otra parte, la Asociación Peruana de Agencias de Viajes y Turismo, Apavit, reclama al gobierno la toma de acciones enérgicas e inmediatas destinadas a poner fin a las huelgas en Cusco y otras ciudades.