Las medidas derogadas incluían una cuarentena de tres días en hoteles y limitación de movimientos en los cuatro días posteriores a viajeros provenientes del exterior. El Gobierno señaló que quienes lleguen a Hong Kong deberán someterse a pruebas de COVID-19, antes y después del viaje y respetar tres días de vigilancia domiciliaria en los cuales tendrán limitados sus movimientos y no podrán asistir a bares o restaurantes entre otras medidas. A pesar de las nuevas condiciones, el destino continúa figurando entre los de más restricciones en el mundo para las llegadas internacionales.

"Necesitamos aplicar medidas precisas contra la pandemia y conectarnos con el mundo", ha explicado ante los medios, explicaron desde el South China Morning Post reconociendo la necesidad de seguir enfrentando al COVID con medidas más flexibles que permitan recuperar la vida social y el crecimiento económico.

El  Gobierno mencionó que Pekín respalda este cambio en la política sanitaria hongkonesa, calificando los ajustes de comprensibles. La China continental mantiene una estricta política de vigilancia y confinamientos bajo la bandera de casos cero.

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