El proyecto vinculado al turismo de la ciudad, incluye cuatro líneas de acceso con una longitud de 755 metros sobre el bosque comprendido entre el Pan de Azúcar y el Cerro Urca. Quienes utilicen la tirolesa podrán alcanzar velocidades de hasta 100 kph.

El Pan de Azúcar es un peñasco que se encuentra en un borde saliente en la bahía de Guanabara. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2012 y años antes el instituto de Patrimonio de Brasil designó al lugar como monumento nacional. Miles de turistas, brasileños y extranjeros ascienden a su cumbre anualmente en teleféricos para disfrutar de las hermosas vistas panorámicas de las playas y montañas boscosas de la ciudad.

En el Pan de Azúcar también se practica la escalada deportiva y la observación de aves en el Bosque Atlántico protegido en una unidad de conservación sobre el tranquilo barrio de Urca.

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 “Nos oponemos por completo a la transformación de las cumbres del Cerro Urca y Pan de Azúcar en un centro de entretenimiento”, dijo André Ilha, ex director de biodiversidad y áreas protegidas del instituto ambiental del estado de Río y fundador del Grupo de Acción Ecológica ambiental sin fines de lucro.

Parque Bondinho Pao de Açúcar, que opera los teleféricos y está detrás del proyecto de 13 millones de dólares, señaló en un comunicado que las pruebas de sonido indican que el ruido de los pasajeros no será perceptible desde abajo, ni afectará las rutas de escalada. Igualmente señala que cuenta con las autorizaciones y licencias del Instituto Nacional del Patrimonio y las autoridades municipales necesarias para el desarrollo del proyecto.

En tanto, los opositores advierten sobre todo tipo de posibles construcciones, que todavía no aparecen en las propuestas de la empresa.