La Unión Europea, ahora, ha prohibido el uso de estos dispositivos de última generación porque la tecnología C3 “no cumple plenamente los estándares de seguridad requeridos”, tal y como destacaron desde el Consejo Europeo de Aeropuertos Internacionales, ACI Europa, justificando Bruselas que estos escáneres no sería capaz de detectar material explosivo en líquidos mayores a 330 mililitros, lo que pone en riesgo la seguridad. 

De esta manera,  los pasajeros deberán dividir perfumes, champús, cremas, etc., meterlos en pequeños frascos que no pueden contener más de 100ml y luego guardarlos en bolsas de plástico transparente de capacidad máxima de 1 litro. Los frascos deberán ser retirados de las bolsas al pasar por el control de seguridad, es decir, por los cruces de rayos X. Aunque se espera que la medida sea temporal, los viajeros deberán ajustarse a estas restricciones mientras se realiza la actualización necesaria de los sistemas de detección.

El popular “carry on”, un “elemento esencial en viajes”  generalmente genera discrepancias generando confusión,  molestias y hasta sobrecostos por las diferentes políticas de las aerolíneas respecto a las normativas, especialmente cuando se utilizan los servicios de múltiples compañías o se deben cambiar de aerolínea por situaciones imprevistas. A  partir del 1 de septiembre, la nueva normativa establece un estándar común para el tamaño y el peso del equipaje de mano. La modificación establece que el equipaje de mano deberá tener dimensiones de 55x40x20 centímetros y no exceder los 10 kilogramos.

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