Una encuesta refleja como las producciones audiovisuales condicionan las tendencias turísticas actuales y constata que el impacto del cine en la elección de destinos predomina en las mujeres (10,5% frente al 4% de los hombres). También señala una preferencia creciente por experiencias locales. Los escenarios que más impulsan la intención de viajar son los espacios naturales y las grandes ciudades.

El turismo de pantalla o Setjetting vive su mejor momento en 2025, con millones de personas buscando los escenarios que dieron vida a sus series favoritas. Uno de los principales motores de esta tendencia sigue siendo el drama de HBO, The White Lotus. Tras la emisión de su segunda temporada, la afluencia de turistas a Sicilia (Italia) experimentó un boom sin precedentes. Localidades como Taormina y Noto no solo se beneficiaron del tráfico general, sino de la demanda específica de experiencias de lujo asociadas al programa. Hoteles que sirvieron como locaciones reportan listas de espera que se extienden hasta el verano de 2026. 

Una saga muy popular, Juego de Tronos (Game of Thrones), mantiene un poderoso legado, especialmente en Dubrovnik (Croacia) y sigue siendo un imán para el turismo, con tours especializados que guían a los visitantes por las murallas donde se filmaron escenas clave. De manera similar, Irlanda del Norte experimenta una temporada alta prolongada gracias a sus paisajes brumosos que sirvieron de telón de fondo para las tierras del Norte.

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En el ámbito del glamour urbano y la moda, París ha capitalizado la popularidad mundial de Emily in Paris. Aunque la capital francesa ya es un destino turístico de primer nivel, la serie ha provocado un micro-turismo centrado en el Quinto y Sexto Distritos. 

Los cafés, panaderías y plazas que aparecen en la serie se han convertido en paradas obligatorias, muchas veces generando aglomeraciones. Esto contrasta con el renovado interés en el Reino Unido impulsado por The Crown, donde los viajeros exploran palacios y residencias que narran la historia de la monarquía británica, combinando historia y ficción.

La Ola Coreana o Hallyu es quizás el fenómeno más explosivo, impulsado por series como Squid Game y una avalancha de dramas K-Drama que dominan las listas de streaming. El resultado ha sido una explosión de turismo cultural hacia Corea del Sur, especialmente a Seúl. Los jóvenes viajeros no solo buscan los lugares de rodaje, sino que se sumergen en la cultura pop, la gastronomía y la moda coreanas. El gobierno surcoreano ha respondido creando rutas de turismo temático y facilidades para visas, reconociendo el inmenso poder de soft power que tiene su producción televisiva.

El turismo de pantalla es mucho más que una moda pasajera; es una estrategia de marketing involuntaria que reescribe la guía de viajes. A medida que las guerras del streaming continúan produciendo contenido global de alto presupuesto, la industria turística se prepara para seguir viendo cómo las reservas de avión siguen inevitablemente los créditos finales.