El nombramiento, tradicionalmente realizado por consenso, en esta ocasión generó polémica y tensiones en el proceso. Desde el anuncio de la candidatura por el consejo ejecutivo de la OMT en mayo pasado, la designación fue cuestionada y criticada por algunos sectores. En todas las ocasiones anteriores, el candidato propuesto, siempre fue ratificado por la Asamblea. En esta ocasión, Taleb Rifai se vio obligado a rechazar supuestas irregularidades en el proceso electoral asegurando que el proceso fue "claro, transparente y correcto, y que es fundamental que todos confíen en que la organización se encuentra bien gestionada y que está en buenas manos".

Tras un extenso debate, en que incluso las delegaciones de Gambia y Zimbabue pidieron, en un hecho sin precedentes, que la candidatura propuesta se sometiera a votación, estas finalmente accedieron a retirar la moción para preservar la estabilidad y la unidad de la organización. La delegación de México, momentos antes había solicitado que no se sometiera a la organización a un "desgaste" que se pudiera ver como una crisis interna.

Sin embargo, la OMT, en una iniciativa apoyada por el candidato electo, creará un grupo de trabajo para analizar el actual procedimiento para elegir a su máximo responsable y modificarlo si así se considere oportuno.

En su propuesta de trabajo, Pololikashvili apoyará a los países miembros de la OMT de forma práctica, ayudando al desarrollo de proyectos turisticos.