Primero, al momento de gestionar el check-in de manera digital y remota desde su smartphone o cualquier dispositivo, o de manera física en el aeropuerto, el pasajero realiza la verificación de sus documentos de viaje y crea, a continuación, un registro biométrico mediante un sistema de identificación facial y de detección de prueba de vida. Este sencillo proceso de comprobación de identidad, que solo demora segundos, genera un “token” de identidad digital único de cada persona.
A continuación, con este token creado que contiene la identidad y la información de embarque, el viajero podrá circular en el aeropuerto y continuar con todo el proceso restante sin necesidad de volver a mostrar documentos físicos, pudiendo ser identificado en segundos a través de reconocimiento facial en todos los puntos de contacto y verificación: despacho de equipaje, control de seguridad, salones VIP, etc. De esta manera, el token único digital, gracias a la tecnología biométrica también favorece los niveles de seguridad en las terminales aéreas ya que evita la posibilidad de fraudes de identidad.
La automatización Fly to Gate, entonces, promete beneficiar a aeropuertos, líneas aéreas y viajeros, disminuyendo los tiempos de esperas, haciendo más eficientes los procesos de seguridad y control migratorio, y ampliando el tiempo de permanencia de los pasajeros en los espacios de ocio, algo que favorece, a su vez, a los servicios minoristas de consumo como alimentos, bebidas, recuerdos, etc.
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