La biometría, consistente en medidas biológicas que identifican a los individuos, permite que a través de sensores se pueda identificar la identidad de los pasajeros en cualquier punto en que se requiera un documento mediante el reconocimiento facial o del iris.

El objetivo en el aeropuerto es instalar sensores biométricos en todos los puntos de control de identificación, desde los mostradores de facturación a las cabinas de inmigración, las cajas libres de impuestos, las salas VIP de las aerolíneas y las puertas de embarque.

En Abu Dhabi, esta tecnología ya se utiliza en algunas secciones del aeropuerto, sobre todo en los vuelos operados por su aerolínea asociada Etihad y en esta fase inicial la intención es tener estos sensores en  nueve puntos de contacto. 

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Otros aeropuertos como Changi de Singapur, el Aeropuerto Internacional de Hong Kong, el Narita de Tokio, el Haneda de Tokio y el Indira Gandhi International de Delhi también han puesto en marcha terminales biométricas en determinados puntos del tránsito. En Estados Unidos, el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras implementó la biometría en las zonas de llegada de sus 96 aeropuertos internacionales, y cincuenta y tres de ellos disponen también de esta tecnología a la salida.

Sin embargo, pasar por una verificación más tradicional del pasajero seguirá siendo una opción agregando que el toque humano se reduce a la elección personal, y se trata de dar a los clientes una opción que refleje lo que tenemos en otros entornos. Además, si se viaja con niños pequeños, sigue siendo obligatorio mostrar la documentación a un miembro del personal, aunque el límite de edad puede variar de un aeropuerto a otro.