El Aeropuerto Schiphol, en Amsterdam fue el primero en dar la alarma e implementar drásticas medidas principalmente por la escasez de personal obligando a las compañias aéreas a utilizar aviones más pequeños o a dejar asientos vacíos.

Schiphol, junto a Heathrow en Londres, Adolfo Suarez, Madrid Barajas, Charles de Gaulle, en Paris y el Aeropuerto de Frankfurt, en Alemania son grandes centros de operaciones aéreas de Europa y son los más afectados actualmente. Con el rápido aumento de la demanda registrado en las últimas semanas han tenido que recortar su capacidad de atención a pasajeros para evitar retrasos y cancelaciones.

En Heathrow, el aumento de la demanda ha provocado largas filas, retrasos, baja puntualidad y cancelaciones de vuelos, provocando que la terminal establezca un límite de 100.000 pasajeros diarios hasta el 11 de septiembre. Como pedido extremo el Aeropuerto había solicitado a las aerolíneas la cancelación de 61 vuelos el lunes pasado ante la imposibilidad de atender el alto número de pasajeros en sus instalaciones.

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En un comunicado, el aeropuerto ha explicado que la cantidad máxima que los funcionarios podrán atender durante el verano europeo es de 100.000 pasajeros. Esa cantidad es la resultante de la evaluación realizada que incluye salidas de las aerolíneas, atención de sus agentes de tierra y del aeropuerto. Con el repunte de viajes tras la pandemia, Heathrow ha visto en solo cuatro meses el crecimiento del número de pasajeros de 40 años y alcanzará los niveles previos al Covid a finales de julio.

En Alemania, el Aeropuerto de Frankfurt pretende reducir a 88 el número de aterrizajes y despegues por hora a partir de la próxima semana para estabilizar las operaciones. Las aerolíneas que vuelan desde y hacia Frankfurt contribuirán a la normalización de los servicios con la cancelación programada de operaciones.