La OMS solicitó formalmente la implementación del uso de máscaras en vuelos de larga distancia. Según los expertos en salud, la subvariante de Ómicron más trasmisible encontrada hasta ahora, la XBB.1.5 representó el 27,6% de los casos de COVID-19 en los Estados Unidos en los primeros días del presente mes aunque sin aclarar si esta subvariante provocaría su propia ola de infecciones globales. Las vacunas actuales continúan protegiendo contra los síntomas graves, la hospitalización y la muerte, señalan desde la Organización Mundial de la Salud.

“Los países deben considerar la base de evidencias para las pruebas previas a la partida de los viajeros”, y si se considera aplicar la acción, “las medidas de viaje deben implementarse de manera no discriminatoria”, destacan.

XBB.1.5 es una variante de Ómicron, más contagiosa. La variante se detectó por primera vez en octubre, la propagación y el aumento de casos se incrementó en China luego de que el país dejara de lado su política de “cero COVID” el mes pasado.

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La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades emitieron recientemente recomendaciones para vuelos entre China y la Unión Europea. Estas incluían “medidas no farmacéuticas para reducir la propagación del virus, como el uso de máscaras y pruebas a los viajeros, así como el monitoreo de las aguas residuales como una herramienta de alerta temprana para detectar nuevas variantes. Estas organizaciones instan a realizar pruebas aleatorias a pasajeros que ingresan y a una mayor limpieza de los aviones que operan en estas rutas. Más de una docena de países, incluyendo a los Estados Unidos, Australia, Canadá, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Letonia, los Países Bajos, Portugal, España y Suecia, exigen pruebas de COVID a visitantes chinos.