La Comisión Europea ha dado el visto bueno,  publicado en el Boletín Oficial de la Unión Europea con pequeñas modificaciones. Conforme a las limitaciones establecidas en Bruselas solo existen tres rutas que cumplen los requisitos impuestos, todas iniciando en el aeropuerto Orly, de París con destino final a Burdeos, Nantes y Lyon. La operación de esas rutas aéreas era considerada injustificable pues estos destinos están unidos por líneas ferroviarias “rápidas, regulares y eficaces”. 

Con eventuales mejoras en las rutas ferroviarias, estas podrían aumentar. La decisión de Bruselas es considerada una buena noticia por el Ministerio de Transporte en Francia y un paso importante en la política medioambiental tendiente a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

La medida es criticada por la Unión de Aeropuertos Franceses y por la rama europea del Consejo Internacional de Aeropuertos, que consideran que la norma introduce una discriminación entre los transportistas. La prohibición será ser reexaminada al cabo de tres años.

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En la práctica la Ley ya se aplicaba pues el gobierno francés, a cambio de una ayuda financiera en mayo de 2020 obligó a Air France a renunciar a sus vuelos en las rutas mencionadas.