Así vemos que de 2009 a 2015 el número de visitantes ha crecido en un promedio anual del 8,0% y en este mismo período el PIB creció un promedio del 3,5%, lo que demuestra que la industria aeronáutica mexicana crece a un ritmo mucho más rápido que el resto de la economía mexicana.


Uno de los proyectos actuales más ambiciosos del gobierno mexicano guarda relación con el aeropuerto de la capital del país que buscará convertirse en el segundo más grande del mundo.


La obra será un referente mundial en diseño de aeropuertos y contará con una construcción sostenible, seis pistas y dos terminales en operación. La extensión de las pistas será de 5 kilómetros por 60 metros de ancho y la distancia entre ellas será de 1,5 kilómetros. 


Con tecnología de última generación reducirá en un 50% el consumo de energía, contribuirá a mejorar la calidad de vida de la población vecina, creará empleos y tendrá reducción del 70% en el consumo de agua potable en comparación con otros aeropuertos tradicionales.

“Este proyecto traerá más turismo, mayor carga comercial y seguridad en operación, pasaremos de tener un aeropuerto de 30.000 millones de pasajeros para tener uno de 70.000 millones en la primera etapa y seguiremos avanzando hasta lograr los 125.000 millones. Si no tenemos esa capacidad, México seguiría con una pérdida económica muy importante que se ha calculado en el 3 por ciento del PIB”, afirma Gerardo Ruiz Esparza, secretario de transporte de México.