La nueva política, que podría afectar a casi 15 millones de personas, tendrá vigencia dentro de 60 días luego de la revisión en la que ciudadanos y organizaciones pueden expresar su opinión sobre la nueva normativa.

La medida tiene el propósito de evitar la entrada de posibles terroristas y personas que puedan amenazar la seguridad nacional, y se aplicará en respuesta a una orden del presidente estadounidense Donald Trump, emitida en marzo del 2017, exigiendo mayor rigor en el estudio de las solicitudes de visa en el extranjero.

Un cuestionario, utilizado en junio de 2016, ya exigía datos de redes sociales (nombres de usuario, direcciones de correo electrónico y números de teléfono) a solicitantes de visados. Otras preguntas hacían referencia a números de pasaportes anteriores, datos de familiares y empleadores en los últimos quince años, países visitados y lugares de residencia en el mencionado periodo de tiempo.


El Departamento de Estado ya pide a todos los solicitantes de visado en todo el mundo su información de contacto, su historial de viaje, sus direcciones previas y detalles sobre sus familiares, pero para un periodo mucho menor al del nuevo cuestionario.

En 2017, Estados Unidos comenzó a pedir a los viajeros sometidos al programa de exención de visado "visa waiver" a que proporcionen de manera voluntaria los nombres de sus cuentas en redes sociales para aumentar los controles.

El cambio ha generado críticas de organizaciones como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), una de las más críticas con las medidas de Trump para endurecer los controles migratorios, que consideró el plan como "ineficaz" y "profundamente problemático".