Con una dinámica política de crecimiento, la compañía pasó del primer Bombardier a la actual flota de 4 aviones Bombardier CRJ200, y de la ruta inicial a Ciudad del Este a una amplia malla regional, mostrando un dinámico desarrollo. Esta semana la aerolínea nos sacudió al mercado con una la noticia de la desvinculación total del grupo empresarial boliviano que da nombre a la empresa y dio origen a su nacimiento.
En pleno proceso de transición y con una nueva identidad todavía por definir, las prioridades de la nueva compañía pasan por afianzar una nueva estructura, crear su propio modelo de negocios, adaptar y seguramente modificar la malla de vuelos y frecuencias a su condición actual y sobre todo, definir una estrategia comercial que permita posicionar a la compañía en niveles óptimos de competencia.
Toda nueva identidad implica un proceso donde deben ser analizados diversos factores y llegar a un resultado final seguramente llevará tiempo; el plantel profesional actual aparentemente no sufrirá grandes cambios; las rutas y frecuencias deberán ajustarse conforme se vayan dando los resultados y respuesta del mercado. En cuanto a estrategia comercial, será importante el apoyo de las agencias de viajes dado que en mercados como el nuestro, mantienen un alto grado de influencia en la decisión final del pasajero a la hora de elegir y definir opciones.
Más allá de los comunicados emitidos, tanto por la casa matriz del grupo Amaszonas, como de la oficina local publicados en nuestro sitio, se espera que las nuevas circunstancias no tengan efectos negativos. Amaszonas, como grupo empresarial, afirma que mantendrá sus frecuencias a nuestro país a través de sus compañías afiliadas y considera acuerdos de plena cooperación con la filial que acaba de abandonar.
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