La expectativa actual es que los viajeros de países de bajo riesgo sean los primeros en recibir luz verde para ingresar a Europa. Después de que los países miembros comiencen a abrir sus fronteras internas a partir del 15 de junio, la ventana de dos semanas debería proporcionar algo de tiempo para reajustar los protocolos.

Finalmente, las decisiones sobre a quién permitir que crucen sus fronteras individuales dependerán de los constituyentes de la UE, aunque se basen en las directrices de la Comisión Europea.