“La imposición de medidas de cuarentena en destino aísla las economías y bloquea los sectores de los viajes y el turismo. Por suerte, existen medidas alternativas que pueden reducir el riesgo de importación del COVID-19 sin perjudicar la reanudación de los viajes aéreos y el turismo, dos sectores fundamentales para las economías nacionales. Animamos a que se aplique un marco de protección basado en medidas estratificadas que identifiquen a los viajeros infectados antes de viajar y reduzcan el riesgo de transmisión en caso de que se detecten en destino”, expresó Alexandre de Juniac, director general y CEO de IATA.

 El WTTC estima que los viajes y el turismo representan el 10,3% del PIB mundial y proporcionan 300 millones de empleos en todo el mundo (impacto económico directo, indirecto e inducido).

IATA propone medidas de bioseguridad estratificadas en dos áreas, reducir el riesgo de importación del coronavirus a través de los viajes y la mitigación del riesgo en los casos en los que un viajero infectado ha realizado el viaje. Entre las medidas se encuentran:

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• Evitar que viajen los pasajeros sintomáticos: Es importante que los pasajeros no viajen en caso de que muestren síntomas. Para animar a los pasajeros a “hacer lo correcto” y quedarse en casa si no se sienten bien o están potencialmente expuestos, las aerolíneas ofrecen a los viajeros la posibilidad de cambiar las fechas de sus reservas.

• Pruebas de COVID-19 para viajeros procedentes de países considerados de “alto riesgo”: En caso de admitir pasajeros de países donde la tasa de nuevas infecciones es significativamente elevada, las autoridades en destino son quienes deben determinar si se debe aplicar el test de detección del COVID-19. Se recomienda que las pruebas se realicen antes de la llegada al aeropuerto de salida (para evitar congestiones y evitar el riesgo potencial de contagio durante el proceso de viaje) y se presente la documentación que demuestra el resultado negativo. Se debe garantizar la disponibilidad de las pruebas, que estos tengan una fiabilidad elevada y los resultados estén disponibles con rapidez. Se debe exigir una validación independiente de los datos para el reconocimiento mutuo de los gobiernos, y su transmisión segura a las autoridades relevantes. Las pruebas deben detectar la presencia del virus (reacción en cadena de la polimerasa, PCR, por sus siglas en inglés) incluso antes de que el organismo presente anticuerpos o antígenos.

• Reducir el riesgo de transmisión durante el viaje aéreo: IATA respalda la implementación universal de Takeoff , una guía publicada recientemente por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) donde se subrayan una serie de medidas estratificadas para mitigar el riesgo de transmisión del COVID-19 en los viajes aéreos. Estas directrices están armonizadas con las recomendaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y la Federal Aviation Administration (FAA), entre ellas, el uso de mascarilla a lo largo de todo el proceso de viaje, desinfección, declaración de salud y distanciamiento social donde sea posible.

“La reanudación de la economía de manera segura es una prioridad. Esta tarea incluye los viajes y el turismo. Las medidas de cuarentena pueden proporcionar seguridad a las personas, pero también proporcionarán muchos desempleados. La alternativa es reducir los riesgos mediante la puesta en marcha de una serie de medidas. Las aerolíneas ya están ofreciendo flexibilidad, por lo que no hay motivo para que viajen personas enfermas o expuestas al riesgo. Las declaraciones de salud, los controles y las pruebas que proporcionan los gobiernos añaden niveles adicionales de seguridad. Y si alguien viaja estando infectado, podemos reducir el riesgo de transmisión con protocolos para evitar la propagación durante el viaje o en destino. Y un rastreo efectivo de contactos puede aislar a los que han estado expuestos en mayor riesgo y evitar, así, grandes interrupciones”, aclaró De Juniac.