El cierre de fronteras afecta a los turistas que ingresen al país, pero también a los nacionales y extranjeros residentes, que solo pueden viajar en casos excepcionales, como urgencias médicas o razones humanitarias.

La medida que está vigente desde el 1 de abril, se extiende hasta el 30 de junio y aún no se sabe si se podría volver a extender el cierre a pesar de que Chile ya ha vacunado a más del 55.4% de la población objetivo.