La medida será puesta a prueba en el mes de septiembre en determinadas partes de la ciudad con algunos modelos de molinetes dispuestos por el Ayuntamiento. El costo de ingreso estaría entre 3 y 10 euros, en función del dia y de la cantidad de personas previstas. Estarían exentos del pago los residentes en la región del Véneto, pero podrían estar obligados a efectuar reservas; mientras quedarían descartados los niños menores de seis años, los familiares hasta el tercer grado de los residentes y los miembros de aquellas familias que residan en régimen de alquiler en el municipio, entre otros.

Las reservas se realizarán a través de una aplicación o en la web, con un código QR que servirá para utilizar los lectores ópticos de los molinetes, parte de un sistema tecnológico que incluye más de 500 cámaras de alta definición y un centenar de sensores que a través de teléfonos inteligentes conectan las redes de la telefonía móvil de quienes están en la ciudad.

Venecia recibe diariamente un promedio de entre 50.000 a 60.000 visitantes de todo el mundo con picos de 85.000 visitantes el pasado 6 de agosto y de 80.000 el miércoles 18 de agosto. La medida es rechazada y considerara inconstitucional, además de contraria a la legislación europea por algunos sectores. “No servirá para controlar los flujos de visitantes, es solo una forma de hacer dinero que convertirá a la ciudad en un parque temático”, señalan los detractores entre quienes se encuentran algunos concejales.

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