El inicio se dará con una fase  experimental con reservas facultativas, es decir no serán obligatorias. El ingreso para conocer  la ciudad y sus famosos canales tendrá incentivos de carácter tarifario, con reducciones en las entradas a los museos.

Tras la primera fase, en el 2023 las reservas serán obligatorias y los visitantes deberán abonar un  precio de entre tres y diez euros, en función a la afluencia de visitantes. Los turistas con alojamiento confirmado, ya sujetos a la tasa turística de la ciudad, estarán exentos.

Venecia no podrá imponer una cuota de visitantes diarios debido al principio de libre circulación de personas, pero el impuesto en función de la afluencia permitirá incitar a los turistas a elegir los días menos concurridos.

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El pasado fin de semana de Pascuas, la ciudad recibió 40 mil visitantes diarios en promedio que se sumaron a los cien mil turistas con pernocte incluido generando hoteles llenos y largas filas en las paradas de vaporetto y en las entradas a los museos.

Las reservas permitirán igualmente conocer con anticipación cuantas personas ingresarán a la ciudad y en consecuencia, programar los servicios públicos.