“Las aerolíneas tienen capacidad para aguantar. La gente está volando cada vez más. Y la carga se está desarrollando bien en un contexto de creciente incertidumbre económica. Las pérdidas se reducirán a los 9.700 millones USD este año y la rentabilidad se podría materializar en 2023. Es el momento de ser optimistas, incluso a pesar de los costes, liderados por el combustible y algunas restricciones que se resisten a desaparecer en algunos mercados clave”, dijo Willie Walsh, director general de IATA.

De acuerdo a la IATA, se espera que los ingresos de la industria alcancen los 782.000 millones de dólares (+54,5% en 2021), el 93,3% de los niveles de 2019. Se espera que los vuelos operados en 2022 sumen un total de 33,8 millones, lo que representa el 86,9% de los niveles de 2019 (38,9 millones de vuelos).

 La mano de obra es el segundo coste operativo más alto de las aerolíneas. Se espera que el empleo directo en el sector alcance los 2,7 millones, un 4,3% más que en 2021, a medida que la industria se recupera de la drástica disminución de la actividad en 2020. Sin embargo, el empleo todavía se sitúa por debajo de los 2,93 millones de empleos en 2019 y se espera que permanezca en este nivel durante algún tiempo. Los costes laborales unitarios se prevén en 12,2 centavos de dólar/toneladas-kilómetro disponibles (ATK, por sus siglas en inglés) en 2022, y regresa a niveles de 2019 (12,3 centavos de dólar/ATK).

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“Esperamos que los gobiernos hayan aprendido sus lecciones de la crisis del COVID-19. Los cierres de fronteras solo generan problemas económicos y poco control en la propagación del virus. Con altos niveles de inmunidad de la población, métodos de tratamiento avanzados y procedimientos de control, se pueden gestionar los riesgos del COVID-19. En la actualidad, no hay nada que justifique el perjuicio del cierre de fronteras en las vidas de las personas y en las economías”, dijo Walsh.

En cuanto a la región de Latinoamérica, el tráfico aéreo se recuperó con fuerza en 2021, respaldado por los mercados nacionales y menos restricciones de viaje en muchos países. No obstante, las perspectivas financieras de algunas aerolíneas siguen siendo frágiles y se espera que la región registre una pérdida neta de 3.200 millones USD en 2022. Se espera que la demanda (RPK) alcance el 94,2% de los niveles precrisis (2019) y la capacidad, el 93,2%.