En la entrevista, el ministro França detalló la forma en que el gobierno actual pretende cumplir la promesa del presidente Lula da Silva de hacer que los pobres vuelvan a viajar en avión. “Será una revolución en la aviación brasileña, el objetivo es encontrar boletos por 200 reales de ida, y de 400 ida y vuelta, en cualquier lugar del país”, aseguró.

Sin precisar si será una medida provisional, decreto o proyecto de Ley, la medida de media tarifa estará enfocada a jubilados, funcionarios públicos y estudiantes, que constituyen la mayoría de la población brasileña, ofrecerá pasajes aéreos a R$ 200 generando una verdadera revolución en la aviación brasileña.

El plan se basa en comprar los lugares sobrantes en los aviones, con pasajes de R$ 400 ida y vuelta desde cualquier parte del país. El Ministerio de Puertos y Aeropuertos considera un promedio de ocupación en vuelos domésticos del 80% y que sobran un 20% de asientos no ocupados. El  plan del gobierno brasileño no contempla subsidios y busca llegar a  un acuerdo con las compañías aéreas para que cada empleado público que gane hasta 6,800 reales, estudiantes, jubilados y pensionistas, pueda utilizar dos viajes de ida y vuelta al año.

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Las aerolíneas cuentan con equipos especializados en establecer sus tarifas ajustándolas a sus costos y a la oferta y la demanda y esa acción probablemente provocaría el aumento de los costos de los pasajes. Se estima la emisión de 15 millones de pasajes anualmente con tarifa reducida que generarían ingresos adicionales de 507 millones de dólares.

Altos mandos en compañias aéreas brasileñas han brindado opiniones contrarias a esta propuesta del Gobierno señalando costos operativos muy altos en el país, el estado actual de la economía brasileña, el alto precio de los combustibles y la dolarización de la industria que impactan en el costo de los pasajes. “Necesitamos tener crecimiento económico, crear empleos y, en consecuencia, poder adquisitivo para que más personas viajen en avión”, señalan.