La nueva ley, que prohíbe el alquiler de apartamentos enteros por menos de 30 días, entrará en vigor el próximo 5 de septiembre y acarreará prácticamente la desaparición del modelo de negocio de Airbnb en uno de los destinos más visitados del planeta.

La jueza de un tribunal estatal de Manhattan, dijo que era "inherentemente racional" que la ciudad exigiera que los anfitriones se registren ante una agencia local, como medida para reducir los miles de anuncios ilegales de alquileres a corto plazo. Otras ciudades de Estados Unidos tambien están regulando más estrechamente los alquileres a corto plazo, exigiendo a los anfitriones, que obtengan licencias y paguen tasas de registro, o limitando los alquileres en distritos comerciales.

 A partir del 5 de septiembre, las autoridades municipales dicen que harán cumplir las normas sobre alquileres a corto plazo de manera más contundente.

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Los dueños de alquileres de corta estadía tienen que registrarse en la ciudad para seguir ofreciendo estancias, y sólo pueden hacerlo si cumplen varios requisitos. Entre ellos, no alquilar un apartamento o una casa entera, aunque sea de su propiedad. Los anfitriones también deben estar presentes durante las estancias de corta duración de sus huéspedes.

"Las normas de alquiler a corto plazo de la ciudad de Nueva York representa un golpe para su economía turística y para los miles de neoyorquinos y pequeñas empresas de los barrios periféricos que dependen del uso compartido de la vivienda y de los dólares del turismo para poder llegar a fin de mes",señalan desde Airbnb. Por otra parte,  muchos residentes y funcionarios municipales afirman que los cambios son necesarios para combatir la crisis de la urbe norteamericana.

La aplicación de la ley en Nueva York es uno de los ejemplos más notorios de ciudades que toman medidas enérgicas contra los alquileres de corta duración. En la ciudad hay unos 38.500 alojamientos de Airbnb, sin contar los hoteles que se anuncian en la plataforma. Los ingresos netos anuales de estos alojamientos ascienden a 85 millones de dólares. Por otro lado, el ayuntamiento de Nueva York calcula que hay unos 10.800 alquileres ilegales de corta duración en toda la ciudad.