La normativa no regirá para aquellas propiedades hoteleras que ya contaban con el correspondiente permiso de construcción. La única opción  de construir un nuevo hotel en Ámsterdam será si se produce el cierre de otra propiedad hotelera, si las plazas para dormir no aumentan y si el nuevo hotel proyectado será mejor que el anterior en términos de sostenibilidad, por ejemplo.

Un comunicado del ayuntamiento señala “queremos hacer y mantener la ciudad habitable para residentes y visitantes. Esto significa: no exceso de turismo, no nuevos hoteles y no más de 20 millones de pernoctaciones de turistas al año”. La política de la ciudad referente a la apertura de nuevos hoteles ya era estricta y solo tres propuestas, desde 2017 cumplían con los requisitos establecidos. En total existen 26 nuevos proyectos en desarrollo que por el momento podrían continuar. 

Además, como parte de las acciones para reducir el impacto del turismo en la ciudad, Ámsterdam ha decidido disminuir a la mitad el número de cruceros fluviales autorizados para atracar, pasando de 2.125 en 2023 a no más de 1.150 para 2028. Esta medida podría resultar en una reducción aproximada de 271.000 visitantes. También se limitará la cantidad de autocares turísticos que ingresan a la ciudad.

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Con alrededor de 42.000 habitaciones de hotel y capacidad para más de 92.000 personas, Ámsterdam se enfrenta al desafío de gestionar su popularidad como destino turístico, en línea con otras ciudades europeas como Venecia, que también ha implementado medidas para controlar el acceso de visitantes en temporada alta.