Con una extensión de 13.518 km², es el parque nacional más grande de los 48 estados contiguos de EE. UU. y ostenta un título nada envidiable: es considerado uno de los lugares más calurosos del planeta. El récord oficial de temperatura más alta jamás registrada fue de 56,7°C en julio de 1913, aunque algunos expertos afirman que el verdadero récord fue 54,4°C en julio de 2021.

Paradójicamente, los meses más calurosos del año suelen ser también los más concurridos. Muchos turistas son atraídos por la mística del calor extremo, aunque el Servicio de Parques Nacionales insiste en advertir sobre los riesgos del sobrecalentamiento, que cada verano obliga a los guardaparques a asistir a numerosos visitantes afectados. La deshidratación es un peligro silencioso: la sequedad del ambiente puede evaporar el sudor de forma tan rápida que los turistas no perciben cuánto líquido han perdido.

Por ello, se recomienda evitar caminatas después de las 10:00 de la mañana, mantenerse cerca de sus vehículos y circular solo por caminos pavimentados. Los guardaparques insisten en la importancia de beber mucha agua, buscar sombra ante cualquier malestar y prestar atención a señales como mareos, náuseas o dolor de cabeza.

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El parque debe su nombre a una historia dramática. En 1849, un convoy de pioneros rumbo a California se perdió durante semanas en esta zona árida. Tuvieron que quemar sus carretas y comerse sus bueyes para sobrevivir. Al lograr salir con vida, una de las mujeres del grupo exclamó: “Adiós, Valle de la Muerte”. Desde entonces, el nombre quedó grabado en la historia.

La entrada al parque cuesta 30 dólares por vehículo y es válida por siete días. Quienes cuentan con el Annual Pass del sistema de Parques Nacionales de EE. UU. pueden ingresar sin costo adicional. El Centro de Visitantes está abierto todo el año de 08:00 a 17:00 y desde Las Vegas se puede llegar en menos de dos horas por la carretera estatal 95.

Para los agentes de viajes, Death Valley representa una opción ideal para viajeros aventureros, fotógrafos de paisajes y amantes del turismo de naturaleza, siempre que se brinde la debida orientación sobre precauciones climáticas. Es una experiencia extrema, pero profundamente memorable.