A diferencia del radar tradicional, que requiere que una estación terrestre detecte al avión, el ADS-B permite que cada aeronave “emita” su propia posición, mejorando la precisión y reduciendo los costes de infraestructura.

El Senado de Estados Unidos aprobó por unanimidad un proyecto de ley de seguridad aérea que obligará a todas las aeronaves —civiles, comerciales y militares— a incorporar la tecnología ADS-B (Automatic Dependent Surveillance-Broadcast) antes de 2031.

La iniciativa forma parte del programa NextGen Air Transportation System impulsado por la Federal Aviation Administration (FAA), que unificará el uso del ADS-B en todo el espacio aéreo estadounidense.

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La norma representará una inversión superior a 2.000 millones de dólares, aunque la FAA anunció subvenciones para facilitar la adaptación de aeronaves ligeras y privadas. Con esta decisión, Estados Unidos avanza hacia un modelo de cielos conectados y colaborativos, con una integración completa entre el sector civil y de defensa.