El fin del cierre de gobierno de 43 días en Estados Unidos permitió a la FAA y al Departamento de Transporte congelar la reducción obligatoria de vuelos en un 6%, descartando los incrementos previstos al 8% y 10% en los días siguientes. También quedan anulados todos los despidos de funcionarios, unos 6.000 que el Gobierno aprobó tras el comienzo del cierre y se bloquea cualquier otra reducción de personal federal hasta enero.

La reducción de vuelos se había implementado en 40 hubs del país como respuesta a la grave escasez de personal provocada por el cierre, que llevó a más jubilaciones, renuncias y ausencia, generando presión sobre el sistema. Con la reapertura del gobierno, el sistema se encuentra regresando a la normalidad.

Con el cierre del shutdown se espera que esto permita aliviar la tensionada situación del transporte aéreo en EEUU, que ante la escasez de controladores (muchos de los cuales pidieron bajas para poder realizar empleos a tiempo parcial), se ha visto obligado a reducir paulatinamente el volumen de vuelos hasta prácticamente el 10 % en los 40 aeropuertos con más tráfico del país y ha provocado miles de retrasos y cancelaciones desde el 7 de noviembre.

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Los 43 días que resultaron en más de 6 mil millones de dólares en pérdidas de gastos de viaje y sufrimiento innecesario para viajeros y trabajadores federales, provocaron la condena y critica de US Travel. “Todos los cierres gubernamentales son irresponsables, sin excepción”, declaró Geoff Freeman, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Viajes de EE. UU., en un comunicado. “Ponen en peligro los servicios esenciales, erosionan la confianza pública e infligen un daño económico innecesario. Si el Congreso vuelve a tomar este camino insensato, los trabajadores federales esenciales, como los controladores de tráfico aéreo y los agentes de la TSA, deben recibir su salario sin interrupción. Estados Unidos no puede permitirse otra crisis auto infligida que amenace los sistemas de los que dependen millones de personas a diario”, señaló.