Al igual que el resto del mundo, la región latinoamericana ha experimentado en casi dos décadas un notable crecimiento en cuanto a la llegada de turistas extranjeros y transporte de pasajeros, aunque su parte del mercado global se ha mantenido estable en alrededor del 8%; un estancamiento que, según la IATA, podría verse superado si se mejora la gestión del crecimiento y se evitan crisis, pudiendo triplicarse el porcentaje de aquí al año 2036.

En lo referente a las inversiones, el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC) asegura que se verá un considerable aumento, puesto que para el presente año se tiene previsto alcanzar cifras de hasta USD 67.000 millones; mientras que para la próxima década, las estimaciones son aún más auspiciosas con inversiones que superarán los USD 100.000 millones, siempre y cuando se mantenga un crecimiento promedio anual en torno al 4.6%.

“América Latina tiene un gran potencial si se considera su riqueza cultural y natural así como su don de la hospitalidad, pero esto debe ser acompañado por una serie de mejoras que permitan superar los desafíos eficazmente”, declaró a la prensa internacional, Gloria Guevara, consejera delegada del WTTC.

Por otro lado, expertos señalan que la industria deberá hacer frente a diversos obstáculos que podrían impactar negativamente si no se toman medidas al respecto. Entre estos obstáculos, sobresalen la falta de infraestructuras de transporte adaptadas a un mercado transnacional, poco impulso al sector por parte de las administraciones públicas; y la criminalidad, que de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), reduce en un 3.5% el producto interno bruto (PIB) de la región, porcentaje que aumenta en destinos dedicados en su mayoría al turismo.

Considerando que el turismo se caracteriza por generar empleo, movilidad social y un importante aporte económico, los gobiernos latinoamericanos están mostrándose interesados en la adopción de modelos que permitan el desarrollo turístico total y sostenible, basándose en políticas inclusivas y amigables con el medio ambiente, implementación de herramientas tecnológicas, facilidades en el visado, controles biométricos, entre otros.

Nuestro país es un claro ejemplo de esto, puesto que en los últimos años ha implementado proyectos dirigidos a la innovación en sitios patrimoniales, promoción de nuevos atractivos, empoderamiento local, accesibilidad, integración y mejoramiento de la calidad de vida de los residentes; destacándose nuevos controles migratorios, servicio de lengua de señas, proyecciones audiovisuales en tercera dimensión así como los programas Posadas Turísticas y Turismo Joven.